"Alguien decía con acierto que trabajar en lo que nos gusta y es nuestra vocación, es el sueño de todos y la realidad de pocos"
Mirta poco antes de casarse se recibió de maestra; era lo que desde pequeña había soñado; pero sólo ejerció un año porque su esposo le pidió que se ocupara del escritorio de su comercio, mientras el dividía su tiempo entre atender su naciente empresa maderera, el campo y los viajes a comprar postes de madera, varillones y otros elementos a provincias vecinas, donde había desmonte; es cierto económicamente les fue muy bien, pero a ella le quedó siempre la sensación de no sentirse plenamente realizada, porque postergó por amor y compromiso con su pareja su verdadera vocación de servicio.
A ella como a tantos otros y otras trabajar en algo que nos nos "gusta" o no es lo que hubiéramos deseado para nuestras vidas es un poco como lo ilustra esta bella pintura de Raquel Palavicini, dejar que nuestro libro de la vida se vaya deshojando y los sueños vuelen sin ser cumplido; que la labor se torne tediosa; a menos que comencemos a convencernos que la vida nos dio una oportunidad de sentirnos realizados y si bien no es lo que hubiéramos deseado, nos permite disponer de un dinero para compensarnos cada tanto con algunas cosas que nos hagan sentir que la vida y el esfuerzo bien valen la pena.
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